La última sinfonía del mago: el mar de las gaviotas.
Género: Ensayo poético
Encontrarnos con La última sinfonía del mago: El mar de las gaviotas, es adentrarnos en el supremo anhelo del hombre: la creación y la inmortalidad. Allí es donde lo eterno y lo efímero, el cielo y la tierra, el mar y el desierto, propiamente se funden y al mismo tiempo se rechazan como seres que descubren lo mismo y lo contrario, el hoy y el ayer y sin saberlo sirven al Mago, al Supremo, al Dios, al principio, al origen, al mismo Creador de todo lo dado.Víctor Hugo Arévalo Jordán, de manera casi mágica, buscando en esta obra encontrarse con su Esencia y alejarse de aquello que lo hace sentir condenado, por ser mortal y humano, nos guía a través de sus metáforas plenas y al mismo tiempo tan crudas, por un sinuoso camino circular que parte desde un epitafio universal, para llegar al mismo centro de su hacer poético, redondo, místico y transparente.
Prof. Claudia Suppo
FRAGMENTO
“Camino por la Vida y soy el Hermano Viento que silba huyendo del día sin bautizo, Mi vuelo es alto porque soy nacido de los cóndores: y mis antepasados volaron más alto, llenos del oro que sirvieron para adorar, los dioses del espacio; llenos de oro que sirvieron para adorar los atavíos de los sacerdotes que fulguraban como el Dios Inti, y las mujeres de mis antepasados los amaron, porque su vuelo era alto. El oro no compraba la gratitud, ni el amor de las mujeres; pero muere la vida en la pompa del viento, y hoy, que es tarde, siembro rosas, mañana que es tarde, sembraré espinas…”
Precio del libro: $32 (pesos argentinos), más gastos de envío.
El pago es contra reembolso, por tal deberá mandar en su pedido los datos personales: dirección, teléfono, Cod. Postal, nombre y apellido
Pedidos a : vhaj@arnet.com.ar
Género: Ensayo poético
Encontrarnos con La última sinfonía del mago: El mar de las gaviotas, es adentrarnos en el supremo anhelo del hombre: la creación y la inmortalidad. Allí es donde lo eterno y lo efímero, el cielo y la tierra, el mar y el desierto, propiamente se funden y al mismo tiempo se rechazan como seres que descubren lo mismo y lo contrario, el hoy y el ayer y sin saberlo sirven al Mago, al Supremo, al Dios, al principio, al origen, al mismo Creador de todo lo dado.Víctor Hugo Arévalo Jordán, de manera casi mágica, buscando en esta obra encontrarse con su Esencia y alejarse de aquello que lo hace sentir condenado, por ser mortal y humano, nos guía a través de sus metáforas plenas y al mismo tiempo tan crudas, por un sinuoso camino circular que parte desde un epitafio universal, para llegar al mismo centro de su hacer poético, redondo, místico y transparente.
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FRAGMENTO
“Camino por la Vida y soy el Hermano Viento que silba huyendo del día sin bautizo, Mi vuelo es alto porque soy nacido de los cóndores: y mis antepasados volaron más alto, llenos del oro que sirvieron para adorar, los dioses del espacio; llenos de oro que sirvieron para adorar los atavíos de los sacerdotes que fulguraban como el Dios Inti, y las mujeres de mis antepasados los amaron, porque su vuelo era alto. El oro no compraba la gratitud, ni el amor de las mujeres; pero muere la vida en la pompa del viento, y hoy, que es tarde, siembro rosas, mañana que es tarde, sembraré espinas…”
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